
Durante algunos años viajamos a dedo. La libertad de andar por las rutas cargando solo una mochila es incomparable, y puede que no exista algo similar. La gente suele temerle al dedo (al autostop para internacionalizarlo), pero con predisposición y paciencia siempre se llega. Claro que semejante cosa trae consigo algunas complicaciones, no tanto incomodidades ya que el cuerpo se acostumbra, sino más bien...